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Buena suerte al proyecto, buena suerte en nuestas vidas. Ojalá que nos atropellen.

Atículo del lobo/ Julio 07

La hojarasca seca del pasado cae a esta nuestra tierra del presente. De siempre acuden a nuestro espíritu “mestizo” un sinnúmero de fantasmas del ocaso, seguimos atados por las cadenas de arcaicos rencores que reviven perennemente heridas que pudiéramos cerrar. No me crean, sigamos por ese camino y seremos esclavos de nosotros mismos.
Qué soy idealista dicen, adelante sigan dudando de la afirmación de nuestro tiempo ¡La piel de mi patria es multicolor!
Y vive aún, desagarrada su carne por siglos de imbéciles y cobardes, asoma la cabeza desde el lodo y se levanta a través de algunas mentes la luz de una nación que cree en si misma.

A esos pobres mediocres, que creen en su estulticia que mis sueños se desvanecen en la vigilia, les digo que no es así, pues las ideas que a diferencia de nosotros no mueren, las dejo clavadas en letra y sangre del espíritu nacional. Mi esperanza no se acalla entre la realidad y he de subrayar que es compatible con nuestra existencia.

Se los grito por si alguien pretendiera seguir con su sordera. ¡No podemos seguir hablando de sociedad como algo abstracto! Entrañas, cabeza y anima somos todos nosotros en este micro-universo que respira y actúa. Seamos México en primera persona y marchemos adelante.

“Invito a mis hermanos de tierra a soñar mí sueño.” He observado en sus miradas la voluntad y reflejos de ese nuestro poder escondido, puños que se levantan donde Orfeo, sombras que se pierden en el horizonte y suplicios ahogados, sobre todo de dolor, de rabia que empiezan a encontrar un latido familiar, que descubren un sonido y un eco donde antes habitaba el silencio.


Atte. Un espíritu rebelde.









Derechos Reservados. © . Carlos Héctor Correa Sequeyro. 2007